Llegará un día en el que una luz hará desaparecer la oscura sombra que se ha cernido sobre el mundo de la hostelería. Un día en el que los melancólicos salones de bares y restaurantes volverán a ser poblados por la incansable conversación de familias enteras que toman la carta sin preguntarse si les alcanzará para pagar la cuenta. Días en los que viejos amigos se volverán a reencontrar en las barras de bares, entre filas y filas de incontables vidrios vacíos. Las partidas de dominó de los comensales más entrañables sólo terminarán para comenzar otra vez y las parejas que compartieron su primer beso tras una cena con vino volverán a ocupar de nuevo sus mesas junto a la ventana. En estos días, la única razón para cerrar antes de tiempo será la falta de existencias tras una jornada inmejorable y el sonido metálico de la persiana al caer nunca, jamás, será para siempre.
Tened la certeza de que esos días volverán. Pero mientras tanto, hay que apretarse bien el delantal y sacarle punta al lápiz de las comandas, porque el éxito en la hostelería pasa primero por una buena gestión de los recursos.
Por eso, a continuación te vamos a presentar una serie de consejos que van influir muy positivamente en el balance de los ingresos producidos en tu negocio, para que así puedas volver a subir la persiana metálica de tu bar o restaurante cada mañana, sin temor a que sea la última vez.